Fil. 4:13 "Todo lo puedo..."
Como aplicar apropiadamente la verdad de Filipenses 4:13.
Introducción:
¿Qué dice el pasaje en su contexto original?
El problema en la interpretación que popularmente se le da al texto no es que afirmemos que el Señor nos fortalece. Esto es algo evidente y obvio por lo que nos dice Su Palabra, y también en las distintas experiencias particulares de los cristianos. ¿Qué sería de nosotros si no contáramos con la fortaleza del Señor? El problema está en que le demos un significado que el contexto del versículo no resiste.
“Carne” se refiere a la información que podemos extraer del texto, como autor, destinatarios, datos generales, etc. Los “huesos” se refieren a la estructuración o puntos del texto, la manera en que está organizado y cómo se presentan sus ideas. El “corazón” se refiere a determinar la idea o verdad central del texto, porque todo texto tiene la idea central o las ideas centrales que el autor concibió.
Entonces, si leemos el contexto nos daremos cuenta de que Pablo está haciendo exhortaciones diversas a los hermanos de Filipos, entre ellas:
• A permanecer firmes (v. 1);
• A las hermanas Evodia y Síntique a ser de un mismo sentir, y a que su fiel compañero ayude a estas mujeres que combatieron por el evangelio (vv. 2-3);
• A regocijarse en el Señor, y ser bondadosos, y a orar en vez de afanarse y distraerse con cosas materiales (vv. 4-7);
• Además, amonesta a los destinatarios a pensar solo en lo que es digno de alabanza (vv. 8-9).
En los versículos siguientes (Fil. 4:10-18), el apóstol pasa de la exhortación a la gratitud. Estos versos, vistos de manera detallada, evidencian su confianza en el Señor y que, aunque agradece a los filipenses sus dádivas, la dependencia de Pablo sin lugar a dudas está en el Señor (vv. 10-13). También puede apreciarse su gozo y gratitud por el apoyo económico que recibió de los filipenses, y su confianza en el Dios amoroso y soberano que le ha permitido vivir en diferentes situaciones: algunas de abundancias y otras de escasez.
Él confiesa que siempre se ha visto acompañado y sostenido, lo cual dio como resultado lecciones de dependencia en el Señor que él no habría de olvidar (Fil. 4:14-20).